Precioso Lalito, te veo cada vez más grande, ayer y casi diario, tu papá nos manda fotos de tí actualizadas en el día a día y sabemos, tu tía quien llora por ti y te extraña, y yo, si andas por allá y por acá. Fuiste a tu primera fiesta de amiguitos esta semana. Adivino que lloraste, dormiste, observaste otro rato a todos los invitados, grandes y chicos, lo sé, porque te gusta. Indagas con tu mirada el entorno y ves fijamente a las personas como si las escudriñaras para internalizar cómo son. Es algo que se te va a dar y a poco conocerás bien a bien a todos y en un tiempo más será muy fácil discernir tus sentimientos y los de los demás. Ya tomas tus juguetes(por cierto peluches, que debieron estar muy lejos de ti y de tu cuna por un buen tiempo para no arriesgarte a enfermedades y alergias), en fin, eres y serás tan fuerte que nada te afecta.
Nota: yo también te extraño, no solo tu tía, pero como la vida enseña y tengo algunos años más acumulados, ya no lloro porque extraño a alguien. Cuando crezcas sabrás que nos tenemos que adaptar a las circusntancias y disfrutar todo, en este momento nos toca estar lejos a ti y a mi, eso no será siempre; como desde hace pocos años también me ha tocado estar lejos de tu papá y de tu tío, y en este lapso ocasionalmente y casi casi no casualmente he mandado lejos, bastante lejos a tu tia, ella es mi pequeña aún y lo será siempre, pero tiene que aprender a estar consigo misma. Obviamente para aprender a estar uno consigo mismo no es necesario poner distancia con las personas, sin embargo, es un aprendizaje que siento que a ella le favorecerá en el futuro. Bueno, pero te prometo y espero que a nosotros, a tí y a mí, el tiempo nos acerque. Sueño con abrazarte, mientras tanto siente todo mi amor pequeño. Tu abuelita Rosa.
La transfiguración de los conceptos
Hace 5 años