domingo, 8 de febrero de 2009

Corazón hermoso

Precioso Lalito, te veo cada vez más grande, ayer y casi diario, tu papá nos manda fotos de tí actualizadas en el día a día y sabemos, tu tía quien llora por ti y te extraña, y yo, si andas por allá y por acá. Fuiste a tu primera fiesta de amiguitos esta semana. Adivino que lloraste, dormiste, observaste otro rato a todos los invitados, grandes y chicos, lo sé, porque te gusta. Indagas con tu mirada el entorno y ves fijamente a las personas como si las escudriñaras para internalizar cómo son. Es algo que se te va a dar y a poco conocerás bien a bien a todos y en un tiempo más será muy fácil discernir tus sentimientos y los de los demás. Ya tomas tus juguetes(por cierto peluches, que debieron estar muy lejos de ti y de tu cuna por un buen tiempo para no arriesgarte a enfermedades y alergias), en fin, eres y serás tan fuerte que nada te afecta.
Nota: yo también te extraño, no solo tu tía, pero como la vida enseña y tengo algunos años más acumulados, ya no lloro porque extraño a alguien. Cuando crezcas sabrás que nos tenemos que adaptar a las circusntancias y disfrutar todo, en este momento nos toca estar lejos a ti y a mi, eso no será siempre; como desde hace pocos años también me ha tocado estar lejos de tu papá y de tu tío, y en este lapso ocasionalmente y casi casi no casualmente he mandado lejos, bastante lejos a tu tia, ella es mi pequeña aún y lo será siempre, pero tiene que aprender a estar consigo misma. Obviamente para aprender a estar uno consigo mismo no es necesario poner distancia con las personas, sin embargo, es un aprendizaje que siento que a ella le favorecerá en el futuro. Bueno, pero te prometo y espero que a nosotros, a tí y a mí, el tiempo nos acerque. Sueño con abrazarte, mientras tanto siente todo mi amor pequeño. Tu abuelita Rosa.

1 comentario:

Montserrat dijo...

Hola Rosy,

Como siempre, tu texto me conmueve. Me encanta ver tus palabras desbordantes de cariño que hacen eco en todos los que tenemos abuelitas, tíos, papás, mamás, hijos, amigos, compañeros y hasta animales y cosas que atesorar.

Este ejercicio de amor es el mejor regalo que Lalito podrá tener, porque al crecer se dará cuenta que la lejanía física es una cosa de nada, ya que -aunque a veces no nos demos cuenta- la cercanía existe mientras estemos presentes en el corazón y la memoria de las personas.

Te quiero mucho!

Montse.-

Pd. Besos a la tía nostálgica.